Me dijeron que la presentación de cualquier libro es muy importante para que tome un impulso inicial y me lo tomé muy en serio. La presentación del libro Tarros de miel quería que fuera por todo lo alto. Para ello puse toda la carne en el asador, me cobré favores, le eché mucho morro y compré un camión de cervezas.
El primer paso era conseguir un lugar y el ayuntamiento de Manises, mi pueblo natal, me cedió una sala preciosa y emblemática para mí. Se trataba de la Sala Vicent Ros de la Casa de Cultura, una antigua capilla reformada y utilizada como sala multiusos, donde mis padres me llevaban, allá por los 90, a ver conciertos rockeros y punkis.
Me rodee de un gran grupo de personas que quería colaborar y que estuvieron ayudando desde el minuto uno, cada uno con su cometido: transportar el material, acomodar a la gente, control de sonido, vender los libros, hacer fotos, vídeos, repartir las cervezas… Además lié a Jorge Peri y Luis Muñoz para que interpretaran algunas de las canciones que se mencionan en el libro. Vamos: música en directo y cerveza, casi sobró que yo hablara un poquito.
Al final, la presentación del libro Tarros de miel fue increíble e idílica para mí, salió todo a pedir de boca, todavía cuando la recuerdo me hace sonreír. En gran medida esto se debió a todo lo que aportó la gente que se molestó en venir, solo veía sonrisas y buen rollo, se agotaron los libros que tenía disponibles y pude charlar y firmar a todo el mundo.
Al final creo que más que una presentación fue una celebración. Una celebración por conseguir cumplir un sueño después de tanto tiempo. Y ahora dicen que soy escritor…
